Para acceder a los programas de vivienda del Gobierno no se exige dinero

Viviendas de interés social amarillas con blanco

Personas inescrupulosas que se hacen pasar por funcionarios del Ministerio de Vivienda están estafando a familias interesadas en adquirir vivienda subsidiada por el Gobierno Nacional. Se conoce que existen personas que se están presentando como supuestos delegados de la entidad y piden $50 mil por inscribirse a los programas.

Ante esta alerta y casos similares que se han presentado en diversas regiones del territorio nacional, el Ministro de Vivienda, Jonathan Malagón, reitera que “ningún funcionario o tercero está autorizado para exigir dinero por el acceso a los programas del Ministerio de Vivienda o de Fonvivienda. La postulación a los mismos es totalmente gratuita y se hace a través de la página web de la entidad, las cajas de compensación familiar, las entidades bancarias o las salas de venta de los proyectos de interés social”.

A propósito de esto, se les recuerda a los ciudadanos que la actual oferta del Gobierno del presidente Iván Duque para facilitar el acceso a una solución habitacional consiste en programas para la adquisición de vivienda como “Mi Casa Ya” y “Semillero de Propietarios” y “Casa Digna, Vida Digna” para las familias que requieren un mejoramiento de vivienda. Para el caso del programa “Casa Digna, Vida Digna”, los beneficiarios son focalizados a través de las alcaldías municipales.

El llamado a la ciudadanía es a que denuncie ante la Fiscalía General de la Nación o ante la Policía Nacional a aquellas personas que exijan dinero con la promesa de gestionar el acceso a los programas de vivienda del Gobierno Nacional. También pueden dar a conocer estas anomalías escribiendo al correo electrónico correspondencia@minvivienda.gov.co.

Para que no se deje engañar, el Ministerio de Vivienda, Ciudad y Territorio invita a quienes deseen adquirir vivienda con subsidios del Gobierno Nacional a que visiten la página web de la Entidad y conozcan todos los detalles de los programas.

Fuente: Ecos del combeima

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